De las escarpas del Amor y sus delirios

Monje Mont · 31 de Julio de 2021

Darkness.cl dijo: ↑

Es imnenso querido amigo... y una cercanía que me atrapa... hay palabras, mágicas y esenciales coincidencias...cósmico...
Gracias por compartir...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy
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Muchas gracias estimada amiga por leer y dejar tu huella amable y motivadora. Me alegra que te gustara. Que estés bien. Un abrazo.

Monje Mont · 24 de Enero de 2022

angelcesar dijo: ↑

Profundo y hermoso poema, Monje. Siempre un placer pasar por tus letras.
Abrazo fraternal.
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Te agradezco mucho estimado amigo por tu lectura y tu amable comentario. Me motiva tu valoración positiva del poema. Que estés bien. Un abrazo.

malco · 25 de Enero de 2022

Monje Mont dijo: ↑

De las escarpas del amor y sus delirios

Por aquellas migas que nos desviaron de la hogaza

–tósigo de todos los destiempos–, convoco al ángel del amor fugaz.

Ángel que las amnesias de la piel cautiva.

Amante que con las ramas del olvido talla sueños,

y con las raíces, epopeyas.

Y convoco a esos nombres que por poco atrapo,

cuando despierto con heridas nuevas:

las que urden el delirio, las que vuelven loco al loco,

las que por su afán de perspectivas, no ven la piel tras cada espina.

Desde las inundadas escarpas del delirio

saltó fuera del agua, como un carassius harto de rojos.

Apasionada intentaba mis códigos de esperma,

con la jerga abatida de los filmes sobreactuados.

Cuando menos la buscaba se agitó ante mis ojos,

como se agitan las paranoias sometidas a terapia.

Y de improviso, así como la humanidad

excava con su exigua humanidad los fósiles,

yo soy ella y viceversa… antes de la semana diez,

antes de que nos diferenciara el pene.

Y busqué en mí, desde sus ojos, la llama inmune

a la codicia de los fóridos y a la subcutánea glosa de la larva.

Pero el gris había forjado –del que transcurre sin suceso–

a este infectado por los atajos que abordan

-cuando enloquecen de tanto trajinar- las sombras.

Sin embargo, me sorprendo en el cauce de sus verbos.

Y soy ella expirando en un gemido. Perdonándome

la sangre de las mujeres apedreadas.

La mujer que jamás reconoció cadenas, pero si mi puerta.

La que a cada vuelta de hoja afirma lo que yo no he dicho,

pues se sabe todas mis versiones, y del reverso, mi posología.

Con una dosis de sí misma, detiene los mundos que me caen encima.

De mis delirios, hace vías en su pecho para los carros fugaces

que se incendian en la atmósfera. Y se deshielan planetas habitables

por la gracia de los soles, que en mis brazos, ella erige.

Musicando, entonces, las heridas de mi espalda,

y aunque en el fondo note exangües mis luciérnagas, intenta,

como en sus credos, salpicarlas de evangelios y de estrellas betlemitas.

No obstante, la noche sigue al día porque es crónico el prejuicio,

como crónico es el acento a espuma, del mar que engulléndose

a sí mismo, se inmola a las mareas.

Y de nuevo nos infecta un piélago

de cuervos con lágrimas salinas y peces foráneos y suicidas.

Me miro en sus aguas, y soy en el reflejo, mi verdugo.

En pos de seguir amándonos, se asfixia con mi propia lengua,

Luego, me lanzo a las mareas que le dan el nombre,

y en el líquido amniótico de mi propia insidia, naufrago.

Pero casi de inmediato redimimos perspectivas,

y de las formas que dibujó en mi cuerpo, recuperamos la memoria.

Entonces, ella es yo y viceversa, en esta espiral interminable,

que ajustando las líneas de visión,

delinea el mañana regresando al vientre.
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Excelentes letras.
Magnífico manejo de las imágenes.
Un abrazo .

Monje Mont · 26 de Enero de 2022

malco dijo: ↑

Excelentes letras.
Magnífico manejo de las imágenes.
Un abrazo .
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Muchas gracias estimado poeta por tu lectura y tu amable comentario. Que estés bien. Un abrazo.

Monje Mont · 1 de Febrero de 2022

Muchas gracias estimado poeta Alex por el "me gusta" que has dejado en este escrito. Que estés bien. Un abrazo.

LUZYABSENTA · 3 de Febrero de 2022

Monje Mont dijo: ↑

De las escarpas del amor y sus delirios

Por aquellas migas que nos desviaron de la hogaza
–tósigo de todos los destiempos–, convoco al ángel del amor fugaz.
Ángel que las amnesias de la piel cautiva.
Amante que con las ramas del olvido talla sueños,
y con las raíces, epopeyas.

Y convoco a esos nombres que por poco atrapo,
cuando despierto con heridas nuevas:
las que urden el delirio, las que vuelven loco al loco,
las que por su afán de perspectivas, no ven la piel tras cada espina.

Desde las inundadas escarpas del delirio
saltó fuera del agua, como un carassius harto de rojos.
Apasionada intentaba mis códigos de esperma,
con la jerga abatida de los filmes sobreactuados.

Cuando menos la buscaba se agitó ante mis ojos,
como se agitan las paranoias sometidas a terapia.
Y de improviso, así como la humanidad
excava con su exigua humanidad los fósiles,
yo soy ella y viceversa… antes de la semana diez,
antes de que nos diferenciara el pene.

Y busqué en mí, desde sus ojos, la llama inmune
a la codicia de los fóridos y a la subcutánea glosa de la larva.
Pero el gris había forjado –del que transcurre sin suceso–
a este infectado por los atajos que abordan
-cuando enloquecen de tanto trajinar- las sombras.

Sin embargo, me sorprendo en el cauce de sus verbos.
Y soy ella expirando en un gemido. Perdonándome
la sangre de las mujeres apedreadas.
La mujer que jamás reconoció cadenas, pero si mi puerta.
La que a cada vuelta de hoja afirma lo que yo no he dicho,
pues se sabe todas mis versiones, y del reverso, mi posología.

Con una dosis de sí misma, detiene los mundos que me caen encima.
De mis delirios, hace vías en su pecho para los carros fugaces
que se incendian en la atmósfera. Y se deshielan planetas habitables
por la gracia de los soles, que en mis brazos, ella erige.

Musicando, entonces, las heridas de mi espalda,
y aunque en el fondo note exangües mis luciérnagas, intenta,
como en sus credos, salpicarlas de evangelios y de estrellas betlemitas.

No obstante, la noche sigue al día porque es crónico el prejuicio,
como crónico es el acento a espuma, del mar que engulléndose
a sí mismo, se inmola a las mareas.
Y de nuevo nos infecta un piélago
de cuervos con lágrimas salinas y peces foráneos y suicidas.

Me miro en sus aguas, y soy en el reflejo, mi verdugo.
En pos de seguir amándonos, se asfixia con mi propia lengua,
Luego, me lanzo a las mareas que le dan el nombre,
y en el líquido amniótico de mi propia insidia, naufrago.

Pero casi de inmediato redimimos perspectivas,
y de las formas que dibujó en mi cuerpo, recuperamos la memoria.
Entonces, ella es yo y viceversa, en esta espiral interminable,
que ajustando las líneas de visión,
delinea el mañana regresando al vientre.
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Reflexivo poema para espaciar el ciclo de la vida e ir definiendo los movimientos
de esos transitados espacios donde escarpa el amor. necesitamos de ellos para
crecer en el vientre de los desahogos de tiempo. bellissimo. te felicito por la
obra saludos de luzyabsenta

Monje Mont · 4 de Febrero de 2022

LUZYABSENTA dijo: ↑

Reflexivo poema para espaciar el ciclo de la vida e ir definiendo los movimientos
de esos transitados espacios donde escarpa el amor. necesitamos de ellos para
crecer en el vientre de los desahogos de tiempo. bellissimo. te felicito por la
obra saludos de luzyabsenta
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Que lujo encontrar tu huella estimado amigo y admirado poeta. Gracias por la motivación de tus palabras. Que estés bien. Un abrazo.

laura solar salas · 4 de Febrero de 2022

Hermosas letras. Un poema para leer más de una vez.
Un placer leerte

laura solar salas · 4 de Febrero de 2022

Hermosas letras.
Poema para repasarlo más de una vez.
Un placer leerte.

Monje Mont · 5 de Febrero de 2022

laura solar salas dijo: ↑

Hermosas letras. Un poema para leer más de una vez.
Un placer leerte
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Muchas gracias estimada poeta por tu lectura y tu amable comentario. Que estés bien. Un abrazo.

Monje Mont · 6 de Febrero de 2022

laura solar salas dijo: ↑

Hermosas letras.
Poema para repasarlo más de una vez.
Un placer leerte.
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Un gusto encontrar tu huella en este escrito estimada poeta. Gracias por el apoyo. Que estés bien. Un abrazo.

Monje Mont · 20 de Marzo de 2023

Muchas gracias estimada poeta Medusa por el "me gusta" que has dejado en este escrito. Que estés bien amiga. Un abrazo.

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