Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

Supe de un gondolero
picaflor con las clientas.
Pienso que al fin de cuentas
era un filibustero
de mujeres hambrientas.

 

De guitarras españolas
tengo la tienda repleta,
las meten en su maleta
estos que vienen por olas,
japoneses de opereta.

 

Para ir a la opereta
y no llevarte reveses,
saca la entrada con meses
que si no estará repleta
de turistas japoneses.
​

 

Don Cyrano:

Se ha salteado unas tres al menos. Creo que ahora es tarde. Javier ha salido raudo a responder.

 

Son constantes las hormigas
que marchan siempre despacio
y llevan lejos las migas
no como el torpe batracio
que se salta tres espigas.


Me he saltado varias, si...... gracias, Javier.

 

En el campo las espigas
me susurran que partiste
en pos de un mejor alpiste*.
Veo cómo te castigas**
y hasta la lluvia bebiste.

* alpiste
3. m. coloq. Bebida alcohólica. A Fulano le gusta el alpiste.
** “Cómo te castigas” es, coloquialmente hablando, casi un elogio que alude a lo bien que aparentemente la estás pasando. Sospecho que solo es un regionalismo.

 

¡Qué descaro que tuviste
al cortejar a mi suegra!
Aunque la cosa me alegra:
dicen que es, si se desviste,
más fiera que mamba negra.

 

Veo una nube muy negra
acechando el horizonte,
tan cercana al piedemonte
y que solo el sol alegra,
cuando aleja al polizonte.

 

He puesto un bonito marco,
quizás sea un poco serio,
al diploma que fué premio
por un relato muy parco,
de discutido criterio.

 

Escasean de criterio,
mesura, aplomo y modales
los amos del cementerio,
estos bichos fantasmales.
Soy supersticioso en serio.

 

Yo no llamaría suerte
a residir en la tumba,
prefiero que alguien me oferte
escuchar alguna rumba
que mucho más me divierte.

 

Amigo Pi, admitiendo la terminación en osa como rimada con las ozas (por la fonética americana ) , una quintilla no puede tener más de dos rimas iguales.

 

En el techo de mi choza
se refugia una vinchuca*.
Se la ve un tanto maluca**;
de toda mi sangre goza
cuando, al dormir, se acurruca.

Vinchuca:
1. f. Arg., Bol., Chile y Ur. Insecto hemíptero, de color negro o castaño, con manchas de diversos tonos, de unos tres centímetros de longitud, que tiene hábitos hematófagos, habita en los cielos rasos y paredes rústicas de las viviendas precarias, especialmente en las de adobe, y es transmisor del mal de Chagas.

**Varios americanismos aquí cabían. “Pachuco” y “cayuco” también me vinieron a la mente.

 

Para nada es molestia, me parece una riqueza cultural pero reconocerás que os supone una ventajilla a la hora de rimar...
Saludos

 

Se acurruca en mi regazo
cansada del largo día
tras recibir un abrazo,
de mi cariño un retazo,
como dulce melodía.

 

La lluvia y su melodía
va sonando con las gotas,
como esas hermosas notas
que me llenan de alegría,
mientras la tristeza botas.

 

A veces las llaman yeguas,
otras veces perras, zorras
o parlanchinas cotorras.
Para ellas no existen treguas:
ellos les buscan camorras.

Con aprecio a la mujer, que a lo largo de la historia han soportado tanta terrible cosa en manos de los hombres.

 

Ya no quiero más camorras.
este mundo es disparejo
el ser mujer es complejo
a veces mejor que corras
y que salves el pellejo.

https://oig.cepal.org/es/indicadores/feminicidio​

 

Parece hueso y pellejo
con su dieta macrobiótica.
Está un poquito neurótica,
ni siquiera usa el espejo
de su habitación caótica.