nubes y olas

Detuve el auto en las costas
de Seaside, Oregon y salí a repirar.

El sol, el poeta mayor,
milenario pero ileso de muerte, antes de meterse,
imaginé quería que yo saliese, del auto.

Las nubes parecían
tan cercas como las olas, como el crepúsculo,
un rojo alto y un abajo oscuro,
un encanto melancólico.

En el sunset
y rodeado por el fresco viento
me sentí, aunque tal vez sin sentido,
como un verdadero poeta, como esos
que nacen ya con su cuchara poética.
Pero aunque fuese por un momento
esa poesía que se rinde al suspiro
me lleno de asombro, pero fue,
más que todo, mágico ser
porque pensé en ti.​

Fidel Guerra, Oregon, Junio 27, 2020.​

 

La magia de los atardeceres se ha hecho con tus versos querido amigo... dulzura mágica y colorida...
Un gusto leerte...cuídate mucho!!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Nancy,
estas convirtiendo
como una bella flor por mis poemas,
un nutritivo sentir para mis poemas,
bellos encantos en todos mis poemas
o mensajes que atraen otros poemas.
gracias por elegir pasar mis poemas.

Disculpas por la tardanza
but it was dinner time.

Saludos,
Fidel G.

 

Mis saludos Fidel, ciertamente es muy gratificante verte siempre con ese aire campechano que nos habla de tu sencilla, pero... profunda humanidad: en un poema anecdótico, sensible y que es como un flash instantáneo de un momento mágico y real... en la cotidiana historia de tu vida. Yo solo te puedo decir, como te lo he dicho siempre, de que se siente en cada poema tuyo. tu exquisita sensibilidad por todo lo que te rodea y te existe.
Felicitaciones mi amigo:

 

Gitano,
chingaos, leer tu mensaje al lado de una chela y escuchando a Vicente Fernandez es una mezcla que seca los ojos. En verdad, es una suerte….pero muy grande que te tomes el tiempo y le transfieras tanto sentir a un poeta que duda en gran manera de cada palabra que le encuentra a sus poemas. Pero bueno, a secar el moco y lo triste….bueno;

En ocasiones me permito viajar sin guercos ni mujer, solo yo con rumbo a la playa, a los paisajes, con la música, alta de volumen, como me gusta, dos cervezas, botanas, tres libros, un cuaderno y la tranquilad del tanque lleno de gasolina.

Me encantan los atardeceres a las orillas de la mar, y hasta he pensado, cuando veo al sol meterse, que si tuviera una novia japonesa, pues que me gustaría irme con él. Es increíble lo que hace el sol y como se ven los barcos, o mejor, lo poco que se ven ante su intensidad bella y rojiza.

Quisiera saber por qué es que me atrae tanto el espectáculo de los crepúsculos, pero siempre que voy a la playa no me vengo hasta que reina la oscuridad o vea el reflejo de los ojos de un tiburón que le gusta la comida mexicana, dulce y picosa, como el mole.

Ivan,
bueno, gracias, acabo esto porque si no me quedo pegado a las palabras..y las chelas se calientan.

Salud de cuerpo y alma,
y salud de sonido de botella,

Fidel Guerra.

 

Este Man hace que se me quiera reventar la vejiga.

Saludos y para que agregar algo... Excelente.

 

Lexema,

gracias por el gran gusto de agregar “excelente” para mi poema. La verdad, compañero poeta, esa calificación solo la he recibido de mi tarjeta de crédito y de la mujer que recibe mis besos. Pero bueno, despues de varios días super soleados, hoy amaneció nublado y fresco, con un sentir psicodélico, tan asi brother que los pájaros, despues de tantos días de cante y cante sus sonetos, pues amanecieron roncos, y hasta creo que con un flojera porque hasta los cables eléctricos están sin ellos….no hay pájaros en la linea..! ya tengo mi café y voy a echar una vista en mis adentros poéticos haber si encuentro algo, sino hay nada bueno para la pluma, me salgo y me pongo a cortar el pasto que ya necesita su rasurada.

Saludos y paz,
Fidel Guerra.