1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Dejá de versearme n°3: "Los premios católicos"

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por D. A. Vasquez Rivero., 19 de Enero de 2017. Respuestas: 4 | Visitas: 811

  1. D. A. Vasquez Rivero.

    D. A. Vasquez Rivero. Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    6 de Mayo de 2014
    Mensajes:
    62
    Me gusta recibidos:
    32
    LOS PREMIOS CATÓLICOS
    Por D. A. Vasquez Rivero.

    Habiendo sido alumno casi toda la vida del colegio de hermanas misioneras de San Francisco Javier, parecería una obviedad contarles que debí pasar obligatoriamente por el calvario de sus rituales ortodoxos y sus himnos pletóricos de moralina. No hay duda de que esta educación resultó positiva; mi comportamiento fue modelándose con el buril de las firmas disciplinarias, las suspensiones y los después de hora copiando rezos de estampitas. Pero hoy quiero hacer énfasis en otro aspecto del Catolicismo que llamó mi atención, porque la verdad es que aunque detestara tanto bodrio sistematizado, debo admitir que logré fumármelo "calladito la boca" gracias a que al final de cada ritual ciertos premios especiales y desconocidos me esperaban.

    Los insufribles buitres menopáusicos (o mejor dicho, las castas y venerables monjitas) tenían esta genial estratagema para incentivarnos a hacer lo que NO queríamos hacer cuando todavía éramos pequeños; fue así como acepté aprender catequesis porque regalaban un rosario que brillaba en la oscuridad, participar de infancia misionera por una pañoleta amarilla y blanca, cantar en coro los salmos más angustiantes por una medallita del Espíritu Santo e incluso volverme monaguillo por el simple hecho de conocer el "nudo secreto" con el que solo unos pocos elegidos lograban ajustarse la sotana, junto al redituable placer de sentarme frente a los feligreses en la parroquia todos los domingos y sentirme muchísimo más importante que ellos.

    Lamentablemente, dicho placer se vio truncado el día en que Rufo, mi perro, se presentó sin previo aviso frente al altar, meneando su pelopincha cola y zigzagueando alegre entre las piernas del cura como si estas fueran varillas de una exposición canina. De pronto, el monótono murmullo de alabanza se transformó en un tumultuoso escándalo de ¡Ays! y ¡Uhs!, se desmanteló la mesa principal, voló el cáliz desparramando vino mistela, en la persecución infructuosa se
    tropezó una monja y casi se quema el hábito con dos o tres cirios que habían rodado por el piso hasta que al final, con más miedo que enojo, silbé a mi perro para que se acercara al autor intelectual de tanto sacrilegio. Tras un breve silencio acompañado de algún que otro "¡Dios mío!" y por decisión unánime, me echaron. La caminata del altar al pórtico se volvió mi vía crucis personal, cien miradas me flagelaban con filosísimas pupilas. Al llegar a casa decidí atar a mi pecadora mascota al tronco del níspero hasta que me pida perdón o hasta que se disipe mi vergüenza, pero me dio lástima y terminé agradeciéndole con caricias el buen gesto que tuvo de evitarme futuros tedios.

    Ya perdido de forma irreversible mi virreinato eclesiástico, me tuve que resignar a transitar el sagrado camino de la comunión como el resto de mis compañeros: sin fama, sin poder, sin nudo secreto. Fue entonces cuando me dieron mi primer rosario. Era de un plástico blanco cuyas cuentas brillaban en la oscuridad si se lo dejaba el suficiente tiempo expuesto a la luz solar. Todavía no existía internet y los casettes del Sega costaban una banda, así que me entretuve con esa pavada como por un mes. No obstante, supe desde el momento en que sus ojos de huevo duro lo vieron, que mi viejo querría ese rosario. Un día cualquiera me dijo: "Mijo, ¿no me lo das para colgarlo en el auto?". Y allí se quedó mi primer tesoro, enredado al espejo retrovisor interior, tambaleándose la cruz latina de un lado al otro para entretenimiento y supuesta protección de los viajantes.

    Al llegar mi confirmación recibí aquella preciosa medalla del Espíritu Santo que nunca olvidaré: pendía de una cadenita de plata, era del tamaño de un pulgar y ovalada, con una paloma desplegando sus blancas alas sobre un fondo carmín. Llevaba al cuello esa cadenita como una extensión de mis clavículas. Recién a las dos semanas de recibirla comencé a sacármela cada vez que me bañaba... ¡Craso error! Una tarde, cuando entré a ducharme, creí ver una sombra obesa pasar por detrás de mí y como un tarado le resté importancia. Por entonces, nuestro termotanque no funcionaba muy bien que digamos, así que me bañé con agua tibia y salí temblando de frío, pero les aseguro que al enterarme de que mi medallita no estaba donde la había dejado mi sangre se calentó como nunca antes. "¡Pa!"- Grité enfurecido. "¿Qué, mijo?"- me contestó él, muy pancho. "¿Vos agarraste mi meda...?" Pero antes de que pudiese terminar la pregunta ya lo tenía parado al pie de la cama, sonrisa de oreja a oreja, MI cadenita en SU cuello. "Está hermosa ésta, mijo. Regalámela, dale."- dijo él. "Regalále algo a tu padre que él siempre te regala"- acotó mi vieja, apareciendo de la nada. Eran dos contra uno, demasiado injusto el trueque, demasiado dolorosa la traición. Alcé bandera blanca con un "Bueno, pa" desganado y así perdí mi segundo tesoro.

    La última vez que intenté esta inútil hazaña de ostentar y parecer comedido al mismo tiempo me compré un arito con cruz. "No creo que se quiera poner esto a su edad"- pensé. El problema no fue comprarlo, protegerlo ni presumirlo, sino colocarlo. Era sabido que mi viejo, al no poder quitármelo, alguna maldad tramaría. "Dame, mijo, yo te lo pongo"- dijo al instante de verme frente al espejo. Vi como sumergió el abridor en alcohol y lo tomó con sus dedos de chorizo, cerré los ojos y sentí el crack-crack de la aguja atravesándome el cartílago. No podía salir inerme de semejante brutalidad: en menos de siete días el lóbulo de mi oreja parecía el trasero de un mandril, estaba infectado y la hinchazón causaba dolores indescriptibles. Me lo tuve que sacar, otra no me quedaba.

    Finalmente, la pañoleta con los colores papales que me regalaron por ser un "buen misionero" terminó sus días como franela, embebida en silicona para autos Digocol. Fue una desgracia que la necesidad imperiosa de tal utensilio no me fuera comunicada antes por mi viejo, gracias a mi desconocimiento del uso que se le había dado la tarde anterior a una reunión de Infancia, terminé con el pelo tan hediondo e hirsuto como brilloso. Sin vacilar la prendí fuego, y con ella se prendieron fuego mis ganas de adornarme de una vez y por todas con símbolos católicos.

    A pesar de haber padecido estos sucesos desafortunados, soy optimista y prefiero pensar que el aparente fetiche de mi viejo era, en realidad, una sobreprotección disfrazada. Si le damos una vuelta de tuerca al asunto hasta podría decirse que él es un héroe: evitó que me ahogara al dormir con un rosario enredado al cuello, que desarrolle una infección cutánea con la medallita de plata trucha y que sufra eventualmente de alopecia por el uso continuo de una pañoleta en la cabeza. La mala praxis en la oreja fue pura inexperiencia, estoy seguro. Llego pues, a una inestimable conclusión: aunque muchas veces parezca que los viejos tengan premios de oro en "rompepelotismo", siempre buscan nuestro bienestar; y tranquilos si aún mantienen la idea de que NO lo buscan, porque existe cierta inercia evolutiva en la naturaleza por la cual (sean ellos conscientes o no) logramos sacar por su influencia lo mejor de nosotros.

    ¿Te ha gustado éste monólogo narrativo? Bueno, ¡pues vé por más!

    Dejá de versearme n°1: "Clasificado":
    http://www.mundopoesia.com/foros/temas/deja-de-versearme-n1-clasificado.615302/


    Dejá de versearme n°2: "Corte inusual":
    http://www.mundopoesia.com/foros/temas/deja-de-versearme-n2-corte-inusual.615617/

    Dejá de versearme n°4: "Ilusión":
    http://www.mundopoesia.com/foros/temas/deja-de-versearme-n4-ilusion.616605/


    Dejá de versearme n°5: "Pasear con mi viejo":
    http://www.mundopoesia.com/foros/temas/deja-de-versearme-n5-pasear-con-mi-viejo.616799/


    En mi página llamada "Dejá de versearme" podés encontrar otros escritos de este tenor, hilarantes y cotidianos, mezcla justa entre lo absurdo y lo real. Dale like y compartir en Face si te gusta lo que lees:

    DEJÁ DE VERSEARME: https://m.facebook.com/dejadeversearme/

    También podés enriquecer tu experiencia poética con un poco de poesía neoclásica, que aborda versos de Mito, Romance y Terror:
    MITROMANTE: https://m.facebook.com/mitromante/

    Y, a su vez, entretenerte con "Reseliteratura", una página donde reseño algunos de los libros que voy leyendo:
    RESELITERATURA: https://m.facebook.com/reseliteratura/

    Por último, no olvides seguirme en:
    BLOGSPOT: www.davasquezrivero.blogspot.com.ar
    TWITTER: https://twitter.com/DAVasquezRivero
    FLICKR: https://www.flickr.com/photos/139230199@N08/albums

    ¡Saludos! :) .
     
    #1
    Última modificación: 15 de Febrero de 2017
    A Maygemay y jmacgar les gusta esto.
  2. jmacgar

    jmacgar Poeta veterano en el portal

    Se incorporó:
    13 de Diciembre de 2011
    Mensajes:
    12.573
    Me gusta recibidos:
    8.356
    Género:
    Hombre
    Sí que me ha gustado tu relato, amigo, impecablemente contado y con mucho humor, además de ofrecer más de una versión o punto de vista sobre tus cuitas paternofiliales que le dan una gran dosis de inteligencia a lo escrito.

    Repito, me ha gustado mucho.

    Visitaré más de esos enlaces que has dejado.
    Un cordial saludo.
     
    #2
    A D. A. Vasquez Rivero. le gusta esto.
  3. musador

    musador esperando...

    Se incorporó:
    17 de Enero de 2014
    Mensajes:
    6.902
    Me gusta recibidos:
    6.014
    Me gustó mucho tu relato, pleno de novedades para mí que soy ateo de cuna, aunque padre también tuve.

    Creo que hay un «no» de más en la frase «evitó que no me ahogara al dormir». Por lo demás, muy bien escrito.

    abrazo
    Jorge
     
    #3
    Última modificación: 24 de Enero de 2017
    A D. A. Vasquez Rivero. le gusta esto.
  4. D. A. Vasquez Rivero.

    D. A. Vasquez Rivero. Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    6 de Mayo de 2014
    Mensajes:
    62
    Me gusta recibidos:
    32
    Jaja. Tenés razón, ya mismo lo corrijo. Muchas gracias por leer y comentar, Jorge. Espero te des una vuelta por mi página de Facebook. ¡Saludos!
     
    #4
    Última modificación: 25 de Enero de 2017
  5. D. A. Vasquez Rivero.

    D. A. Vasquez Rivero. Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    6 de Mayo de 2014
    Mensajes:
    62
    Me gusta recibidos:
    32
    ¡Muchísimas gracias, Jmacgar! En mi página hay más de mis cuitas paternofiliales jaja (pobres mis viejos, son víctimas de casi todos mis monólogos). Me pone contento que te hayas divertido. Te invito a seguir los links cuando quieras reírte un poco más. ¡Saludos! :) .
     
    #5

Comparte esta página