El rincón de la silva

Ha sido una locura
enamorarse así de esa manera
expresar en el viento la ternura
esculpir con el alma, aun entera
su imagen de marfil para adorar
colorearla con el ansia de amar
hacer mi propia Eva imaginaria
para sin vacilar
cederle una costilla temeraria

 

Has sido temeraria
la idea de jugar a hacer cabriolas
sin piso para hacerlas.
Quería yo jugar como en las olas,
como ir a sacar perlas,
argucia literaria.
Soñaba yo el brillar tornasolado
de perlas del pasado,
pero es que con el tiempo cambia todo
lo dijo ya Aristóteles un día
contra la ley del cambio nunca hay modo
solo el cambio no cambia es su porfía.​

 

Despiertas mis sentidos
y soy como una flor que abre corola
todo se vuelve aroma
se esparcen en el aire distendidos
rumores de caricia como de ola.
Tan solo es tu mirada que se asoma
que va dejando en mí
mensajes de tu amor, cálido idioma
idioma lucumí
ritmo yoruba, es ritmo de pasión,
pasión que me enardece
y logra que me vibre el corazón
y la vida de soles resplandece.

 

Estás obsesionado
y buscas la pasión en poesía,
te diré, a fe mía
estás equivocado.
Poesía es un brillo que destella
si te embarga pasión,
mas nunca es al revés.
Has de buscar pasión en esa estrella
que hace que te tiemble la mirada
cuya ausencia te causa desazón
porque ya no la ves,
y si la ves te late el corazón
y piensas que tu vida está lograda.
La poesía siempre está en la angustia,
en el dolor, la muerte o el espanto
la poesía nace del quebranto.
A veces ella es una amiga mustia,
pero brilla también si eres feliz
y es hermosa como una flor de lis.
A poesía tú la llevas dentro,
en el fondo de tu alma está su centro.
​

 

Aciertas con tus letras en mi centro
está entre lo más bello que he leído
sin propósito pero has conseguido
que el resto de mi día
de este día anodino con tu encuentro
se vuelva encanto puro y melodía
gracias amiga mía por el nido
ese refugio de amor para el viajero
que por costumbre espero
vagabundo perdido
que no logra olvidar lo que ha vivido

 

Hermosa Silva y gracias, porque me apropio su intención. Un gusto leerte.

 

Nuestra felicidad
se nutre de las ondas transgresoras
que viajan por las horas
de norte al sur, de oriente hasta el poniente
buscando deshacer la soledad.

Usan un elocuente
artificio de versos vagabundos
que complacen deseos y secretos
enredados en juegos no concretos
de intensas sensaciones, mas fecundos.

Fecundan mi palabra con la tuya
y nos surge aluvión de sentimientos
con ejes de momentos.

El alma que se enreda y se embarulla
con otra alma que suena
su fino diapasón va y le resuena.​

 

Tal vez por ser morena
y tener ojos negros cual tizones
es que amor me condena
al margen de ese cielo de pasiones
que te envuelve entre azules de miradas
y cabellos de trigo,
así como de hadas.
Mi amor, es amor negro, azabache,
igual que lo es la noche, tierno abrigo.
Si bien no soy apache,
ni azteca, caro amigo.
¿Qué te importa la raza, el origen?
¿No hay belleza en el cielo sin la Luna?
El brillo de obsidiana ¿no es fortuna?
Prejuicios europeos que te rigen.
Rompe esa red que te aprisiona,
que yo tengo mirada de gorgona.

​

 

Me dejas de una pieza
cuando escucho tus voces que martillan,
suenan como campanas cuando empieza
la arenga de tus voces que me chillan.
Me reclaman mi ser,
mi ser que es tan proclive a la ilusión.
Que ya no hallas que hacer
con esta torpe y eterna propensión
a imaginar jardines, mariposas,
cielos de nubes blancas
en azules sutiles que declinan
a vespertinas suavidades rosas.
Quieres palabras francas
las que hablen de los narcos que asesinan.
Y rompes mi decir, se queda yerta
mi palabra cantora, queda muerta.
Me encierro en el silencio, que es sombrío,
refugio donde guardo mi albedrío.
Por qué tengo que hablar de lo que duele,
de lo que rompe el alma en mil añicos.
Yo quiero que mi mente solo vuele
por encima del suelo con sus picos
que laceran los cuerpos y las vidas
y dejan sus razones suspendidas
por llenar la codicia de unos pocos,
que son enfermos, locos.
No quiero descender a ese misterio
mejor será callarme, que eso es serio.

 

Salí de la espesura
que me causaba el ansia de quererte,
pues era una locura.
Será mejor leerte,
observar ese lago de tu mente
de leve ondulación y brillos tiernos
que fluye suavemente
desde las primaveras hasta inviernos,
con un ritmo tranquilo
que evidencia cuál hilo
te enhebra poesía; filigranas,
maravillas de voces artesanas,
que maquillan el mundo con presteza
que lo hacen deslumbrante en su belleza.


​

 

Amor no es lo que dices
amor tiene matices.
El amor verdadero,
es animal salvaje, sin cordura,
Nos consume y satura
de pasión que nos arde cual mechero.

Una versión a modo del amor,
de dimensiones fijas, controlado,
es una construcción
vacía, con candado,
que no causa tremor
porque no tiene vida, es ilusión.

Amor no tiene espacio ni medida,
amor es una herida
que sangra y que lacera.
Amor no tiene horarios y desborda
a toda contención que lo someta.
De amor duele la espera,
es un ansia constante, es ansia sorda
que solo oye una voz, la del amado.

No sirve para amar ni una receta.
Es un frágil cristal tornasolado
del que todos buscamos una veta.
Es caro bien volátil que se pierde
y el dolor de perderlo siempre muerde.

​

 

En tu presencia, todo es siempreverde*,
un aire de cristal
que entre sueños se pierde,
lejos de todo el mal
que esta existencia terca me recuerde.
Anduve solitario este milenio
(diez meses, siglos son en soledad).
Un miedo primigenio
me invade al concebirte
invisible a mi tacto al desvestirte.​

Recordemos que en la silva está permitido que algún verso quede suelto (como el séptimo en este caso).

* siempreverde
f. Ar: O. Planta de raíz gruesa y carnosa, espinas largas y aplanadas, flores acampanadas y fruto globoso de color verde amarillento. (Cactaceae; Maihuenia patagonica).

Del “Diccionario de americanismos” (https://www.asale.org/damer/siempreverde)

 

Romanza.

Tal vez tu quieras irte,
por eso es el silencio, sin caricia,
no hay suspensión en vuelo en el ensueño,
y el ansia de pasión, he de decirte,
ya no es de levedad, se rompe el sueño.
Dulce ficción no inicia
cuando leo tu verso apasionado
de ritmo acompasado.
Suave canción, no suena ya la danza
tersa como ondulada y leve seda,
ya nada en mi se queda
vibrando su compás, como romanza.
​

Gracias, Hermenegildo, ya he corregido.

 

Al filo, entre la duda y la confianza
transcurre una tarde de bonanza
son tantos los motivos
de gozo, saboreamos estar vivos
me infundes nuevamente la esperanza
sin tristeza en los ojos
tu deseo y la urgencia
del período largo de abstinencia
al pedirme que colme tus antojos
soñar profundamente en la inconsciencia
que desecho el pudor
hoy empiezo a sentir tu misma urgencia
por saber si en mi aun vibra el amor.

 

Dimensión.

Cuando te veo sé que es el amor.
Es esa dimensión
que va abriendo si te oigo, si murmuras.
Y miro el esplendor
del cielo que se extiende, si me juras,
que yo soy tu pasión.
Todo cambia de ritmo, es otro tono
desaparece el suelo
y la danza es un vuelo.
Te respiro las ansias de la boca
que guarda las palabras, las esconde,
pero aún así entiendo lo que dice
el giro de la danza contradice
acaba no sé donde
y en el giro final mi amor desboca.
​

 

Me gusta, pero que fractura el hilo al usar rima "-iste" (era "-irte").

Un cordial saludo.

 

Muy bueno, Pi. Creo que el que apunto ha quedado de doce.

Un gran saludo.

a/ho/ra em/pie/zo a/ sen/tir/ tu/ mis/ma ur/gen/cia/

 

Corregido, gracias

 

Corregido. Gracias Hermenegildo.

 

El Juego de la Oca
es esta vida absurda;
la palabra palurda
que de tanta ignorancia se desboca,
un rezo que se lanza a un pozo ciego,
o la avidez del vórtice del ego
y el hambre en descontrol de la humildad.
Mi paso en la ciudad
se diluye en el rostro de un extraño
y ese crimen, que aplaudo por su daño,
me intima a detestar mi humanidad.​

 

Dulce juego.

Tal vez es soledad,
la distancia que borra tu mirada
y no saber de ti siquiera nada,
lo que aumenta mis ansias sin piedad.
Solo leo tu verso
que infinito placer en mi alma labra,
tan generosa y dulce es tu palabra
que quisiera escucharla de tu boca,
que acaricie mi oído con su aliento
y que entre mis cabellos quede inmerso.
Pero es que a veces siento
que seguro estoy loca.
Y es en esta locura que navego
sin mapa, sin timón. Es dulce juego,
que me pone a temblar en agonía,
pues me falta nomás, tu compañía.​

 

Masticando agonía
al tanque de recores lo rebaso.
Me dije, “paso a paso”,
mientras sepia mordía
en tu foto, que tapa solo grietas
en la mampostería
de un mundo de caretas.​