¡Más maderaaa!

Al soñarte en mis libretas
de la rutina me evado,
quisiera estar a tu lado,
cocinarte mis recetas,
tomar leche con galletas
mientras miramos el fuego,
sintiendo el aroma a espliego
que inunda toda la estancia,
pero es una extravagancia
de mi mente, solo un juego.

​

 

De mi mente, solo un juego
mientras el viaje transcurre,
y como eso no me aburre,
a tal distracción me entrego.
De ella jamás me despego,
aunque me encuentre dormido;
por eso en este sentido,
el año que está acabando,
entre viajando y roncando,
me lo pasé divertido.

 

De cava y sidra repletos
tengo todos los armarios,
productos extraordinarios
para no guardar secretos
y dejar de ser discretos,
si bebes y no controlas
puedes terminar en bolas,
hablando más de la cuenta,
sintiendo el alma contenta
y asiéndote a las farolas.
​

 

De este mundo eres el mando,
mas sólo un mando sin pilas;
y el tiempo, siempre pasando,
mientras a solas vacilas,
poco a poco va vaciando
tus inútiles mochilas.*


*Nota:
Nada más una sextilla
(la musa me ha dado un corte).
No es ninguna maravilla,
tampoco creo que importe.
Ahí queda mi morcilla,
cual puerta sin picaporte.

 

Tus inútiles mochilas
he tirado a la basura.
No es que estuviera segura,
-que a lo mejor me fusilas-,
pero es que nunca asimilas
los consejos que te brindo
-mas no temas, no me rindo-.
Dije que hay que hacer limpieza,
así que con ligereza
de lo inútil yo prescindo.


​

 

Haciendo volar sombreros
hemos despedido el año,
dejando de lado el paño
junto a buenos compañeros.
Bien guardados los aceros
bebemos copas de cava
y hasta yo improvisaba
unos raps en el andén,
porque en éste grácil tren
la musa siempre las clava.
​

 

Con ráfagas pasajeras​

De aquellos recuerdos gratos​

Sentando observo el ocaso​

De otro año nuevo que llega.​

Impaciente estoy en la espera​

De saber hacia donde voy,​

Mientras que me la paso hoy​

Reviviendo esos antaños​

De un, ya viejo y pasado año,​

Cual me trajo donde estoy.​

 

Cual me trajo donde estoy,
me llevará a no sé dónde
esta vida que me esconde
lo que seré en lo que soy.
Mientras, a día de hoy,
sigo perdido en quimeras
y atrapado en mis fronteras,
entre calmas y bajones
que vienen dando empujones
con ráfagas pasajeras.

 

Con ráfagas pasajeras,
sopla este viento del sur
desperdigando a su albur
las hojas más pendencieras.
Pero, el aire, en tus caderas,
con gran demora se lía
rozando con picardía
volúmenes y perfiles
(encarnaciones febriles):
eres del viento, y no mía*.

*Nota a mí mismo:
Tío, dime que esto es coña
y que no te has vuelto un moñas.

 

Eres del viento y no mía,
Un perfume pasajero;
Aquel ruido en mi silencio
Que rompió con la armonía.
Pero espero todavía
Volver a oler yo, tu gusto;
Volver a escuchar el brusco,
Perdido, libre, soltado,
Tibio, sereno y agitado de
Tus caderas en mis muslos.​

 

¡Tus caderas, en mis manos!
Y no en las del señor chorizo,
puesto que no satisfizo
con sus versos campechanos
la métrica de los sanos
y se cayó en la asonante,
algo menos elegante
que en los de la rima pura;
pues, si es que este baile aún dura,
yo sí quiero ser tu amante.​

 

Yo sí quiero ser tu amante,
pero tú siempre te evades;
¿Tengo posibilidades
o me esfumo en este instante?
No quisiera dar el cante,
ni quedar en entredicho,
es que a veces me encapricho
de alguno que me hace gracia
y, a veces, tengo la audacia
de decirle lo que he dicho.


​

 

De decirle lo que he dicho
en mis rimas anteriores,
la musa de mis amores,
¿no me mandaría al nicho?
Pensaría “¡qué mal bicho!,
otro más mal de la o...,
que llora porque no fo...,
un demente, un trastornado
que me escribe un pareado
con tal de meter la po...”.

 

Con tal de meter la po...
O carajo en castellano,
Cirhian en sus versos llanos,
Algo faltos de sabor,
Lo que fue, un ex amor
Imbuir en locura ansía,
Cual niño una golosina.
Y tal vez mejor tu seas,
Pero bellaco no te creas
Nuestra amistad más valía...



​

 

Nuestra amistad más valía
que todo el oro y la plata,
más yo tuve mala pata
y la amé con osadía
con ése amor que vacía
una vez que se ha marchado.
No espero os sea dado,
estimado don chorizo,
entender lo que en mi hizo
un amor nunca olvidado.​

 

Un amor nunca olvidado,
Donde voy fantasear
Pese a irse, volver jamás,
Más en mi no a apaciguado
Aquel falaz beso undívago
Cual obsequio a mi alma pobre
Luego Cirhian, que es otro hombre,
La robo con lo que dijo…
¡Si tuviésemos un hijo
Salchichón fuese su nombre!
​

 

Salchichón fuese su nombre
y la métrica aprendiese,
y si a eso se le uniese
saber rimar, -no se asombre-,
un poeta de renombre
lograríamos tener;
también ha de comprender
que la rima consonante
no es igual que la asonante:
cosas que hay que conocer.​

 

«Cosas que hay que conocer».
Mujer eso a mi dijese
E insensata me ofendiese
Por el simple no saber,
Pero estoy para aprender
¿Más aquello justifica
Que de plano califica
De mi un ignorante al cien?
Cuando quiero lo hago bien
Y de una forma magnífica.
​

 

Y de una forma magnífica
me contestó don Chorizo;
quizás no le satisfizo
mi décima, que beatífica,
a la suya, -que es mirífica-,
respondía sin acritud.
Es la templanza virtud
de la que siempre hago gala:
mi poema no señala
en el suyo ineptitud.





​

 

Y no le haremos reproche
a este poeta imberbe,
y esperamos se conserve
ecribiendo con derroche.
Ojalá no se desmoche
y cambie la travesía.
Este tren va en buena vía,
donde podrá en cada viaje
tener gran aprendizaje
del arte de la poesía.

 

del arte de la poesía
El dibujito no viene,
Aquel que Rosendo tiene
Y de mi imagen falsía,
¿De que mundo sacaría
Rosendo esa obra funesta?
Que todo mi ser detesta.
¿No sabias? estoy muy guapo,
De belleza ojos empapo.
Pero soy persona modesta. ​

 

Versos ocho y diez, ambos "eneas". Arregle eso, amigo, y luego hablamos.

 

Mas soy persona modesta
y arreglo el desaguisado,
que el tren no quede parado
y pronto salgamos de esta.

Prosigamos con la fiesta
en este año que comienza;
yo, sin rastro de vergüenza
me dispongo, rauda y presta,

a desgranar mis poemas
llenos de rimas ripiosas,
que pueden ser espantosas,
pero no me dan problemas.



​

 

Pero no me dan problemas
ya que también tiene un sitio
en el texto hasta el ripio.
Que no nos salgan eccemas
si chirrían los poemas
de los que están aprendiendo:
pues al irnos sorprendiendo
con el metro y su cadencia,
hemos de tener conciencia...
becarios seguimos siendo​

 

Becarios seguimos siendo;
burla de los profesores;
los estudiantes mejores;
y otros que nos están viendo.

Más mi alma sigue diciendo
que estoy hecho de poesía,
soy Magno en Alejandría;
soy tu abuelita tejiendo;

soy Snoop fumando mota;
soy la magia de algún mago;
me evaporo, caigo a un lago,
yo soy del agua una gota;

Y lluevo como el rocío
empapando mis cuadernos.
quiero hacer versos modernos,
yo no seré otro Darío,

solo voy buscando casa.
Mundo Poesía puede
ser la viña donde quede
esta pobre uva pasa...