Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

Ya no te hagas el artista
me dijo la profesora
mientras pasaba la lista
con mi trencito a la vista
¡más que tren locomotora!

 

Tu ya sabes que te adora
que te mira desde lejos
que tus versos atesora
y que sufre tu demora
mientras recuerda tus dejos.

 

Hoy quemé poemas viejos
y ordené mis soledades:
el olvido por edades,
el recuerdo en sus espejos
y el amor con sus crueldades.

 

Camino por oquedades
y tus silencios respiro
solo encuentro soledades,
y comparo las edades,
pero no lloro, suspiro.

Gracias, Riolita, ya corregí. Un abrazo.

 

Maramin dijo ¡ transpiro
cada vez que entro al portal
y el pareado final
no se evite como aspiro:
parecido no es igual!

 

Solo aguardo ese día
en que por fin me beses.
Sufrí muchos reveses
viéndote en correría
sin que te detuvieses.

 

Te pedí que detuvieses
la furia de tu rencor
nacida de tu dolor
pero esos duros reveses
te cambiaron el color.

 

Con título de doctor
Honoris Causa presume,
esperando que se sume
su grupito aplaudidor
al ego que lo consume.

 

Por ese amor se consume,
todo el día piensa en ella,
la mira como a una estrella.
Le digo que no se abrume
y me canta su querella.

 

Un desmerecido halago
cada día recibía.
Por eso nunca sabía
que es su casa, Mar-a-Lago*,
oropel, cursilería.

* Actual residencia-hotel-golf club de Donald Trump.

 

Versando cursilería
halaga a la chica hermosa
emoción que debería
emplear en otra cosa.
Esa bella, es solo mía.

 

Es tuya mas desconfía
compañero Pi-Radianes
que esa bella me decía
ayer mismo que tenía
un sinfín de otros galanes.

 

Y le lanzó la querella
en un gesto muy valiente,
quería causarle mella
pues se creía una estrella
e hizo daño a mucha gente.

 

Bien o mal acompañada
no lo sé, pero seguro
que antepondrías un muro
para mantenerte aislada
de mi varonil conjuro.

 

Y la lengua fue más roja
desgarrádome la piel.
Una herida sabe a miel
cuando un volcán nos arroja
al terreno de lo infiel.

 

Lo que me dices me escalda,
me quema los sentimentos.
A mi ya nada me acalda,
ni me apoya, ni respalda,
ya no oculto mis lamentos.

 

Un reverdecer porfiado
nos trajo la primavera.
Me parece una quimera
que me pienses renovado
cada noche que te quiera.

La pintura es de Claude Monet.
​

 

No es cuestión de que te quiera
ni de que exprese emociones,
no necesito lecciones
de quien palabras espera
sin escuchar mis canciones.

 

“Vino, mujeres, canciones”
nos dijo Martín Lutero,
mas primero es lo primero:
que canten bobalicones;
mujer y vino yo quiero.

 

Ser feliz es lo que quiero
hoy me parece imposible
siento un dolor terrible
deseo vivir y muero
mientes, mentira inservible.