Sueño con bosque y niña

dulcinista · 19 de Agosto de 2011

Gracias por tu comentario mi estimada Rosalinda. Un beso.

dulcinista · 19 de Agosto de 2011

Gracias por tu comentario mi querida Besie. Te mando un abrazo.

Sandry · 20 de Agosto de 2011

Terrorífico pero muy creativo, si que enredas al lector con este relato.
Un abrazo y mil estrellas desde mi bella tierra.

dulcinista · 20 de Agosto de 2011

Muchas gracias mi querida Sandry por tu comentario. Te dejo un abrazo.

ALBUJA BRAVO GUILLERMO · 21 de Agosto de 2011

dulcinista dijo: ↑

- Sí, querida, el pequeño Cedric es un niño dulce y ejemplar. Al poco de nacer murieron sus padres, y ha sido la señora Tisdale, una hermana de su madre quien se ha encargado desde entonces de su educación, a la vez que ha alimentado su cuerpo y su alma. Es amigo de mi pequeña Brenda. Educado y servicial es la compañía perfecta que una madre querría para su hija, para que siempre vaya por el camino recto de la vida. Muchas veces los hijos se pierden por culpa de las malas compañías. Acuérdate de lo que le pasó a Boris Lauper, el hijo de Aurelia Rumsfeld, cuando se marchó a estudiar a la ciudad. Nunca sus padres habían tenido queja de su comportamiento, pero en el colegio conoció a ese Eugene Clawson, que según dicen era el diablo en persona - dijo la señora Mottershaw, una mujer de cuerpo robusto y cara colorada.
- Cierto, amiga mía, siempre he educado a mis hijos en la máxima rectitud y respeto por las tradiciones. Es la mejor manera de que no se desvíen del buen camino - contestó la otra mujer.
Estaban sentadas en un pequeño jardín, bajo un cerezo en flor. El sol estaba a punto de ocultarse. Llamaron a la puerta. La señora Mottershaw se levantó y abrió. Era la tía del pequeño Cedric que iba a preguntarle si había visto a su sobrino. Contestó que no lo había visto desde la mañana.
- No ha ido en todo el día a casa. Es extraño ese comportamiento en él. Temo que le haya pasado algo grave - dijo la tía del pequeño Cedric.
La mujer se marchó. La señora Mottershaw se disponía a volver junto a su amiga cuando vio a lo lejos a su madre. La esperó en la puerta, un poco intranquila.
- Creí que ayer quedamos en que hoy me ibas a mandar a Brenda a casa - dijo la madre a modo de saludo.
- Y allí creía que estaba. Hacia allí salió esta mañana temprano, alegre como un pajarillo - contestó la señora Mottershaw con voz temblorosa.
- Pues en casa no ha estado - dijo la madre.
- Todo es muy extraño, el pequeño Cedric tampoco ha ido a casa en todo el día. También salió a primera hora de la mañana y no lo han vuelto a ver - dijo la señora Mottershaw preocupada.
Ya se había ocultado el sol. La noche amenazaba con hacerse la dueña de todo. Decidió que lo mejor era salir a buscarlos. Cerca del pueblo había un lago rodeado por un bosque de cedros y tejos. Allí solían ir los niños a bañarse. Esperó que llegase su marido del trabajo y salieron a buscarlos junto con la señora Tisdale. Al llegar al bosque, vieron de lejos, que de uno de los árboles colgaba algo. Al acercarse descubrieron que era el cuerpo de la pequeña Brenda. La señora Mottershaw dio un grito y se desmayó. A cierta distancia, se encontraba Cedric, sentado en el suelo, y a su lado, de pie, Claudia, la hija de los Bagehot. Se extendieron las tinieblas sobre el bosque. Llamaron a la policía. Un cuervo voló de un árbol a otro. Cedric declaró que la noche anterior soñó que la pequeña Brenda se había colgado, y decidió acercarse al lugar para ver si era cierto. Dijo que en su sueño la vio colgada de un árbol en el bosque que rodeaba el lago donde solían bañarse. La pequeña Claudia dijo que había soñado que Cedric soñaba que Brenda se había colgado. El comisario no salía de su asombro. Miró el pequeño cuerpo colgando del árbol. El viento hacía que se balancease. Estaba pensativo. Su experiencia le había enseñado que los niños algunas veces no son tan inocentes como la gente cree.
- Si en vez de soñar que se había colgado, alguno de los dos hubiese soñado que tenía intención de hacerlo, quizas pudiese haber alertado a sus padres antes de hacer una cosa así - dijo.
- Yo lo hice - dijo el pequeño Cedric - hace tres días soñé que hablaba con ella, y en el sueño me decía que tenía intención de colgarse de uno de los árboles del bosque donde se encuentra el lago en el que nos bañamos algunas veces. No dije nada porque sólo era un sueño, y quién iba a hacer caso de los sueños de un niño. No puedo decir que me entristezca su muerte. Era mala. Hace unos días le pedí su lapicero verde y no quiso dejármelo. Ahora ella no lo quiere para nada. Si me lo hubiese dejado, todo habría sido distinto, seguramente su madre podría haber seguido disfrutando de su hijita. No merece la pena morir por un lapicero. Además de mala era tonta.
Un cuervo se posó sobre la cabeza de la ahorcada; después voló hasta un árbol cercano. En el bosque se oyó el grito de una lechuza. Un perro aulló en la lejanía. Había luna llena.

Eladio Parreño Elías

13-Agosto-2011

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ELADIO

Reflexivo relato, a veces se ocultan
intenciones dolosas y el resultado
es fatal, me llevó a un recuerdo
fúnebre y doloroso.

Un fuerte abrazo.

dulcinista · 21 de Agosto de 2011

Gracias por tu comentario mi estimado Guillermo. Te dejo un abrazo.

dulcinista · 27 de Agosto de 2011

Osa dijo: ↑

Que dulce era ese Cedric ....no? la compañía perfecta para Brenda,
solo que sus problemas los resolvía con macabros sueños de niño
dulce... vaya, es mejor comprar muchos lapiceros verdes por si
alguien necesita, no sea que Cedric se le antoje y sueñe con nosotros.
Te envìo como siempre TODA mi admiración Eladio, Los niños no son
lo que parecen o lo que creen sus padres. Abrazos de Osa con mucho
cariño y respeto mi amigo querido.

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Gracias por tu presencia mi querida Osita. Tienes razón, muchas veces los niños no son lo que parecen. Tendemos a edulcorar la vida y lo pensamientos de los `pequeños y estamos muy equivocados. Gracia, amiga. Te mando un beso.

dulcinista · 27 de Agosto de 2011

Gracias por tu comentario mi querida Lovestory. Un abrazo fuerte.

dulcinista · 27 de Agosto de 2011

Gracias mi estimado C´rsar por tu presencia entre mis letras. Gracias, César, un abrazo.

dulcinista · 27 de Agosto de 2011

Amigo Castro, me encanta verte entre mis relatos. Un abrazo de amigo.

dulcinista · 27 de Agosto de 2011

Gracias, amigo Arquiton, te dejo un abrazo de amigo.

dulcinista · 27 de Agosto de 2011

Gracias por venir mi estimado José Luis, un abrazo.

dulcinista · 27 de Agosto de 2011

Gracias, Nancysant, un fuerte beso de amigo.

dulcinista · 27 de Agosto de 2011

Gracias, mi estimada Eralda, celebro que te haya gustado mi relato. Un beso.

GiunoneGiove · 28 de Agosto de 2011

Una estupenda narración que te deja los pelos de punta. Y pensar que en la vida real, existen niños así.
Felicitaciones.

dulcinista · 28 de Agosto de 2011

Gracias mi querida Giunone por tu comentario. Un abrazo, amiga.

Tatianita · 28 de Agosto de 2011

Excelente , los niños tiene una intuición especial para poder saber la verdad. Éxitos y felicitaciones.

dulcinista · 28 de Agosto de 2011

Muchas gracias por tu comentario mi querida Tatianita. Un beso.

Hector Alberto Villarruel · 1 de Septiembre de 2011

Excelente escrito Eladio, donde por momentos, llevas tan bien el hilo, que hace sentir miedo.

Felicitaciones y un fuerte abrazo amigo.

Hector Alberto Villarruel.

dulcinista · 1 de Septiembre de 2011

Gracias mi querida Pamela Ponce por tu presencia entre mis relatos. Te mando un abrazo.

dulcinista · 1 de Septiembre de 2011

Gracias mi estimado PITEIRA. Un abrazo, poeta.

dulcinista · 1 de Septiembre de 2011

Gracias, amiga Lore por tu comentario. Un abrazo fuerte.

dulcinista · 1 de Septiembre de 2011

Gracias mi estimada Elizabeth por tu comentario. Un abrazo.

dulcinista · 1 de Septiembre de 2011

Gracias por tu presencia entre mis relatos mi estimado Guillermo. Un abrazo, amigo.

dulcinista · 1 de Septiembre de 2011

Gracias por tu presencia mi estimada Giunone, abrazos.

Francisco Lechuga Mejia · 1 de Septiembre de 2011

tetrico sin duda

me gustó

salu
2

dulcinista · 1 de Septiembre de 2011

Gracias, amigo Gayo. Celebro que te haya gustado. Un abrazo.

dulcinista · 4 de Septiembre de 2011

Gracias mi estimado Razanobu por tu comentario. Un abrazo, amigo.

dulcinista · 4 de Septiembre de 2011

Gracias, amiga Lovestory, un beso de amigo.

GLAVIANA · 4 de Septiembre de 2011

Querido Dulcinista, que placer es el leerte, sólo genialidades de profundo suspenso, salen de tu pluma.Felicitaciones como siempre, estrellas, y un abrazo de corazón a corazón

dulcinista dijo: ↑

- Sí, querida, el pequeño Cedric es un niño dulce y ejemplar. Al poco de nacer murieron sus padres, y ha sido la señora Tisdale, una hermana de su madre quien se ha encargado desde entonces de su educación, a la vez que ha alimentado su cuerpo y su alma. Es amigo de mi pequeña Brenda. Educado y servicial es la compañía perfecta que una madre querría para su hija, para que siempre vaya por el camino recto de la vida. Muchas veces los hijos se pierden por culpa de las malas compañías. Acuérdate de lo que le pasó a Boris Lauper, el hijo de Aurelia Rumsfeld, cuando se marchó a estudiar a la ciudad. Nunca sus padres habían tenido queja de su comportamiento, pero en el colegio conoció a ese Eugene Clawson, que según dicen era el diablo en persona - dijo la señora Mottershaw, una mujer de cuerpo robusto y cara colorada.
- Cierto, amiga mía, siempre he educado a mis hijos en la máxima rectitud y respeto por las tradiciones. Es la mejor manera de que no se desvíen del buen camino - contestó la otra mujer.
Estaban sentadas en un pequeño jardín, bajo un cerezo en flor. El sol estaba a punto de ocultarse. Llamaron a la puerta. La señora Mottershaw se levantó y abrió. Era la tía del pequeño Cedric que iba a preguntarle si había visto a su sobrino. Contestó que no lo había visto desde la mañana.
- No ha ido en todo el día a casa. Es extraño ese comportamiento en él. Temo que le haya pasado algo grave - dijo la tía del pequeño Cedric.
La mujer se marchó. La señora Mottershaw se disponía a volver junto a su amiga cuando vio a lo lejos a su madre. La esperó en la puerta, un poco intranquila.
- Creí que ayer quedamos en que hoy me ibas a mandar a Brenda a casa - dijo la madre a modo de saludo.
- Y allí creía que estaba. Hacia allí salió esta mañana temprano, alegre como un pajarillo - contestó la señora Mottershaw con voz temblorosa.
- Pues en casa no ha estado - dijo la madre.
- Todo es muy extraño, el pequeño Cedric tampoco ha ido a casa en todo el día. También salió a primera hora de la mañana y no lo han vuelto a ver - dijo la señora Mottershaw preocupada.
Ya se había ocultado el sol. La noche amenazaba con hacerse la dueña de todo. Decidió que lo mejor era salir a buscarlos. Cerca del pueblo había un lago rodeado por un bosque de cedros y tejos. Allí solían ir los niños a bañarse. Esperó que llegase su marido del trabajo y salieron a buscarlos junto con la señora Tisdale. Al llegar al bosque, vieron de lejos, que de uno de los árboles colgaba algo. Al acercarse descubrieron que era el cuerpo de la pequeña Brenda. La señora Mottershaw dio un grito y se desmayó. A cierta distancia, se encontraba Cedric, sentado en el suelo, y a su lado, de pie, Claudia, la hija de los Bagehot. Se extendieron las tinieblas sobre el bosque. Llamaron a la policía. Un cuervo voló de un árbol a otro. Cedric declaró que la noche anterior soñó que la pequeña Brenda se había colgado, y decidió acercarse al lugar para ver si era cierto. Dijo que en su sueño la vio colgada de un árbol en el bosque que rodeaba el lago donde solían bañarse. La pequeña Claudia dijo que había soñado que Cedric soñaba que Brenda se había colgado. El comisario no salía de su asombro. Miró el pequeño cuerpo colgando del árbol. El viento hacía que se balancease. Estaba pensativo. Su experiencia le había enseñado que los niños algunas veces no son tan inocentes como la gente cree.
- Si en vez de soñar que se había colgado, alguno de los dos hubiese soñado que tenía intención de hacerlo, quizas pudiese haber alertado a sus padres antes de hacer una cosa así - dijo.
- Yo lo hice - dijo el pequeño Cedric - hace tres días soñé que hablaba con ella, y en el sueño me decía que tenía intención de colgarse de uno de los árboles del bosque donde se encuentra el lago en el que nos bañamos algunas veces. No dije nada porque sólo era un sueño, y quién iba a hacer caso de los sueños de un niño. No puedo decir que me entristezca su muerte. Era mala. Hace unos días le pedí su lapicero verde y no quiso dejármelo. Ahora ella no lo quiere para nada. Si me lo hubiese dejado, todo habría sido distinto, seguramente su madre podría haber seguido disfrutando de su hijita. No merece la pena morir por un lapicero. Además de mala era tonta.
Un cuervo se posó sobre la cabeza de la ahorcada; después voló hasta un árbol cercano. En el bosque se oyó el grito de una lechuza. Un perro aulló en la lejanía. Había luna llena.

Eladio Parreño Elías

13-Agosto-2011

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