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Yo también tengo un pájaro azul en mi corazón.

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por J Robles, 16 de Febrero de 2021. Respuestas: 5 | Visitas: 317

  1. J Robles

    J Robles Poeta recién llegado

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    Inspirado en el poema Pájaro Azul de Charles Bukowski.

    Yo también tengo un pájaro azul
    en mi corazón.

    Antes no sabía lo que era,
    ni siquiera sabía que lo tenía.

    Pero Bukowski me hizo sentirlo.
    Él me enseñó que mi pájaro azul también estaba ahí.

    Y es verdad, es cierto.

    Él tiene razón.

    Es posible tener un pájaro azul en el corazón,
    además de los de la cabeza.

    Ahora sé que lo tengo.
    Ahora sé que hace mucho que vive conmigo,
    pero yo antes no sabía escucharle.

    Ahora he aprendido,
    y ya siempre nos hablamos.

    También le echo alcohol
    y humo de cigarrillos,
    y también tranquilizantes
    y toda clase de porquerías.

    Y yo también lo oculto
    a los ojos de los demás.

    Tampoco dejo que nadie lo vea.
    Para eso es mi pájaro azul.

    Y también yo soy duro con él.
    Tan duro que a veces le trato mal.

    Tan duro que le grito para que se calle
    cuando él empieza a trinar.
    Cuando los recuerdos empiezan a bullir.

    Tan duro que le hablo de la Bolsa o de política
    o de las islas de la Polinesia
    cuando él quiere hablarme

    y me pregunta insistente,
    el porqué de ese hueco vacío que hay
    en mi corazón.

    Y yo me hago el tonto
    y le respondo que qué hueco,
    y le hablo de la Polinesia,
    y sigo con lo mío.

    Pero al contrario que el de Bukowski,
    él es más listo que yo
    y me contesta que no disimule,
    que se lo cuente,
    que los amigos se cuentan sus cosas.

    Y así, por las noches
    cuando todo el mundo duerme,
    él insiste e insiste,
    y no me queda más remedio
    que contarle, que revivir, alguna historia
    carcomida por el tiempo.

    Alguna historia que yo quisiera poder olvidar
    pero él, noche tras noche, no me lo permite.

    Y así, noche tras noche, vuelve desafiante el pasado.

    Imágenes temblorosas
    que se pasean como espectros azules
    por la mente y por el alma.

    Y le hablo de la vereda
    donde se cruzaron por primera vez
    dos miradas.

    Y le hablo
    del cañaveral y del río.

    Le hablo del campo de amapolas,
    y del árbol grande
    y del viejo columpio de la cuerda rota.

    Le hablo algunas veces
    de la casa vieja
    y del viejo piano cojo.

    Y noche tras noche

    le hablo de un pelo rojo
    y de unas pecas traviesas.

    Le hablo de unos ojos oscuros y misteriosos,
    y le hablo de una sonrisa como un mundo.

    Le hablo de unas manos suaves,

    y del aroma de la piel.

    Le hablo de las miradas llenas de deseo

    y le hablo de los besos sabor a fresa.

    Le hablo del brillante blanco de la Luna.

    Y le hablo de como un día ardió la realidad
    y de las llamas brotaron los dragones negros,
    y los fantasmas.

    Y le hablo también de como el tiempo a veces
    es incapaz de curar las heridas,
    y los dragones se multiplican,
    y los fantasmas se hacen cada vez
    mas y mas grandes.

    Y él me dice que ahora entiende
    lo del hueco vacío en mi corazón.

    Y así, todas las noches
    nos vamos juntos a dormir,
    y él se acurruca dentro de mi pecho,
    muy quietecito,
    y así nos quedamos callados.

    Y cuando creo que él ya duerme
    y doy rienda suelta a mi dolor,
    se agita un poquito dentro de mí
    y me picotea cariñosamente
    y me habla desde muy adentro muy adentro,
    desde lo más profundo…

    y me dice
    que los recuerdos a veces hacen mucho daño,
    pero que también a veces,
    a algunos, es lo único que nos queda para sobrevivir.

    Me dice que él,
    como un perrillo fiel
    siempre estará conmigo,
    que nunca me va a abandonar.

    Que nunca permitirá que olvide.

    Y me dice
    que intente dormir
    que ya es tarde.

    Y mi pájaro azul
    es tan tierno como el de Bukowski
    y me sigue picoteando el interior suavemente

    y me dice que no llore.

    Pero yo a veces no puedo evitarlo
    y sigo llorando.

    Y siento en mi interior

    como cae una lágrima pequeñita pequeñita.

    Y es una pequeña,

    muy pequeña.

    Una pequeñita,

    muy pequeñita.

    Una diminuta lágrima azul.

    A Bukowski
     
    #1
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  2. Ya son tres...
    Tú,
    El borrachín y...
    Roberto Carlos... bueno el de él era un gato,
    pero también volaba.

    Creo que voy rebajar libras leyendote... haces largos tus cuentos.
     
    #2
  3. J Robles

    J Robles Poeta recién llegado

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    No entiendo muy bien tu comentario. "Ya son tres...¿qué?
     
    #3
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  4. Pincoya76

    Pincoya76 Leyenda de mar.

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    Preciosura de poesía.

    Felicidades poeta.

    Feliz noche un placer visitar tu espacio.
     
    #4
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  5. J Robles

    J Robles Poeta recién llegado

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    Muchas gracias. Muy amable. Saludos.
     
    #5
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  6. pajaro azul
    pajaro azul
    y gato azul
    solo eso
     
    #6

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