Me eché de menos...

A veces me echo de menos, me echo de menos cuando me acuerdo de ti, de los años pasados de patios oscuros.
Me echo de menos, en aquellos primeros años de aprendizaje cuando tú no estabas presente.
Me echo de menos, porque yo no estaba allí, pues siempre esperaba tu regreso, esperaba tu aprobación, te esperaba a ti.
Pero pasó el tiempo, y me eché de menos en otras facetas.
Me eché de menos cuando mi alma se prendó de otra alma y se quedo enquistada para nunca regresar.
Me eché de menos, cuando me miré al espejo y me di cuenta de que yo, no estaba completa, que sin ti, me faltaba una gran parte.
Sabes de que hablo, pues las almas de menos se echan.
He cambiado de tercio, mas no importa el momento.
Me eché de menos, cuando la Fe me inundó y no supe expresar lo que creía y como creía.
Mas aun, me eché de menos cuando la Esperanza me disloco el pensamiento y vi todo color arco iris.
Me eché de menos, cuando la Libertad me abrió la jaula y no salí volando cual ave rapaz en busca de su sustento.
Me eché de menos cuando no di rienda suelta a la Ilusión que ahogaba mi pecho de primaveras fuera de la estación.
Me eche de menos, cuando mi entorno estaba en Paz, pero dentro de mi se libraba una batalla en campo abierto.
Me eché de menos en la Entrega, que yo deseé pero que la barreras me impidieron y viví convicta .
Me eché de menos, diciendo si, a la vida cuando me insufló su aliento
Me echaré de menos cuando la muerte me exhale, sin pedir permiso.
Siempre te echaré de menos alma mía, que me has deshabitado, para hacer de nosotras una dualidad, que se echan de menos.

SHA.

 

Me eché de menos


Cuantos principios y cuantos finales.
un gusto leerte poeta.
saludos.

 

Me reflejo en tus versos.
Aveces nos olvidamos de nosotros mismos. Cuando la melancolía nos borra la cara y ya no tenemos identidad.

Saludos y gracias por compartir
tus bellas letras

 

A veces nos echamos de menos. Es más, a veces, nos desconocemos. Nos tropezamos con nuestra imagen y la saludamos, sonriendo, quitándonos el sombrero. En otras ocasiones, nos dividimos, nos hacemos uno con otro y así resulta que no somos más que mitad y nos movemos por el mundo incompletos, aunque casi nadie se dé cuenta de ello. Pero nos queda un vacío, un hueco, como esos seres mágicos que se nos muestran de frente, porque en la espalda tienen un agujero. No sé si echamos de menos eso que nos falta o su extrañamos el hueco que quisiéramos tener.
Mas siempre es un viaje encantador el que se hace por tu universo, perdiéndose en los versos que construyes. Un cariñoso saludo Sandra.

 

Ouch... que triste final.

 

Un triste poema, lleno de verdades... tantas veces nos miramos sin saber quiénes somos, nos echamos en falta, nos extrañamos...
Un gusto leerte.
Saludos.

 

Muchas gracias por tus buenos deseos, Rosmery.
Gracias, también por tu tiempo y el ánimo que transmites.

 

Muchas gracias, Nudo.
Gracias, por tu tiempo y tus palabras...